La constitución de nuestra identidad tiene lugar desde la alteridad, desde la mirada del otro que me objetiva, que me convierte en espectáculo. Ante él estoy en escena, experimentando las tortuosas exigencias de la teatralidad de la vida social.
Baudrillard; alteridad, seducción y simulacro. El reverso de la utopía. Adolfo Vásquez Rocca
Sabemos más o menos lo que un griego culto aprendía de su padre, pero muy poco de lo que le enseñaba su madre, que en alto grado era excluída de una civilización que tanto entusiasmó a los hombres. Es probable que los atenienses cultos, incluso en la época de su mayor florecimiento, por muy racionalistas que puedan haber sido en sus métodos mentales explícitamente conscientes, conservaran de la tradición y de la infancia una manera de pensar y de sentir más primitiva, que siempre resultaría victoriosa en tiempos de tensión. Por esto, ningún análisis simple de la ideología griega resulta adecuado.
La puerta se abrió sólo unos centímetros. Una cadena gruesa tensó la rendija. Al verme, Raquel intentó cerrarla, pero yo ya me había apoyado contra la hoja para impedirlo. Sus ojos verdes y viejos se agrandaron. Me miraba horrorizada.
Hoy ha muerto este gran poeta gaditano Carlos Edmundo de Ory
Descripción de mi esposa
Ella es mi escarabajo sagrado Ella es mi cripta de amatista Ella es mi ciudadela lacustre Ella es mi palomar de silencio Ella es mi tapia de jazmines Ella es mi langosta de oro Ella es mi kiosko de música Ella es mi lecho de malaquita Ella es mi medusa dorada Ella es mi caracol de seda Ella es mi cuarto de ranúnculos Ella es mi topacio amarillo Ella es mi Anadiómena marina Ella es mi Ageronia atlantis Ella es mi puerta de oricalco Ella es mi palanquín de hojas Ella es mi postre de ciruelas Ella es mi pentagrama de sangre Ella es mi oráculo de besos Ella es mi estrella boreal.
Carlos Edmundo de Ory
(Pétalos. Pepa Llausa)
Me cautivó muchas veces y esos instantes mágicos desfilaron por aquí:
Sin saber leer y escribir, un campesino puede llegar a ser el hombre más culto del mundo, si entendemos por cultura la capacidad de relacionarse dignamente con la vida, el amor, el dolor y la justicia.
La creencia en las posibilidades ilimitadas del homo faber para conjurar con éxito la escasez objetiva de recursos, recogida desde épocas inmemoriales por la alquimia como algo que está profundamente enraizado en el inconsciente colectivo, es la que ha sostenido hasta el momento la separación del mundo de lo económico de la preocupación por los límites objetivos que le imponían los recursos naturales.Es la falacia de la sustitución sin límites, que hace innecesaria cualquier preocupación por el agotamiento de los recursos: encontraremos siempre nuevas fuentes de energía o nuevos materiales con los que sustituir aquellos que están en trance de agotarse.